Te voy a contar una pequeña historia que me pasó hace unos años y que te enseñará una lección importante de la gran ventaja que te da poder hablar un nuevo idioma.
Te cuento.
A mí me encanta Disney.
Sé que no es nada especial, pero recuerdo perfectamente cuando con 8 años me regalaron el VHS de La sirenita 2 (The little mermaid, en inglés).
La vi tantas veces que casi se me queda la cara cuadrada de estar frente a la tele.
¿Sabes por qué me encantaba La sirenita?
Por el mar.
El mar siempre me ha impresionado.
Tan inmenso, tan azul.
Tan tranquilo, tan salvaje.
Tan impredecible.
De pequeños soñamos con vivir en alguno de los escenarios de nuestras pelis favoritas.
Y yo, en 2018, pude cumplir ese sueño y fui a Disneyland París.
Es difícil describir lo que sentí cuando estuve allí, pero por si no has ido, voy a intentar explicártelo.
Disney es magia.
Es volver a tu infancia y querer que Mickie te arrope con tu manta favorita.
A Disney no le falta detalle, los bares están ambientados en La bella y la bestia, había farolas de gas y de electricidad, incluso alcantarillas donadas por las ciudades de Boston, California y Nueva York.
Disney está repleto de historias que recordamos desde niños.
Es cierto que puede haber mucha gente en el parque y puede ser agobiante, pero se respira esa sensación de felicidad y de que todos están pasándoselo en grande.
Hablando de gente.
¿Sabes quién es más fan de Disney que yo?
Mi hermana.
Y, gracias a hablar otro idioma, pude hacer algo (gratis) que el dinero no podía pagar.
Atento.
De adolescente me pasé muchos años estudiando francés, incluso viví un año en Francia, en concreto en Tours.
Y aprendí a comunicarme en francés perfectamente y Disneyland, está en Francia.
En Disney te puedes hacer fotos con tus personajes favoritos de las películas.
A mi hermana le flipa (es decir, le encanta) Minnie, tanto que incluso tiene un cacharro para hacer gofres de Minnie.
Y quería hacerse una foto con Minnie a toda costa.
Pero es difícil, para hacerte fotos con un personaje tienes que pedir cita, y muchas veces se agotaban rápidamente.
Paseando por el parque, vi que estaban preparando a Minnie para que se hiciera fotos con la gente.
Y como yo sabía francés le pregunté a una chica que trabajaba de seguridad si podía hacerme una foto con Minnie.
Me dijo que tenía que pedir cita y que ya no quedaban para este día.
¿El problema? Al día siguiente nos volvíamos a España y no podría hacerme una foto con Minnie.
Utilicé todas las horas que pasé estudiando gramática, haciendo ejercicios y los años practicando mi francés para hablarle a la chica y contarle que me encantaba Minnie y que no había podido conseguir una cita, pero que no había nada en el mundo que me hiciera más ilusión.
(También acompañé el discurso con la cara de ilusión que pone un niño cuando ve a su superhéroe favorito)
La chica me vió la cara de emoción, mi camiseta de Mickie y las orejas de Minnie que llevaba puestas y me dijo:
“Ven, que te vas a hacer una foto con Minnie”.
Y así fue cómo conseguí esta foto:
¿Sabes lo gracioso?
Yo no soy tan fan de Minnie, pero luego le enseñé la foto a mi hermana, que sí lo es (y mucho), y eso le dio bastante envidia.
Y me encantó (porque los hermanos somos así, ¿no?)
Por supuesto, siempre gusta dar un poco de envidia, pero esta vez iba un poco más allá.
Esta foto no la podría haber conseguido si no supiese comunicarme en otro idioma y me encantó sentir el gran mundo de posibilidades que se abrían gracias a eso.
Eso es lo que quiero que consigas con el español.
No me refiero a una foto con Minnie.
Quiero que vivas experiencias e historias.
Que se te quite el miedo a hablar por inseguridad y conozcas mejor las expresiones que utilizamos los españoles.
Que conozcas los increíbles lugares de mi país, como el parque donde inicié mi proyecto de Español en pijama, la capital de España o el pueblo donde vivió mi abuela toda su vida.
Si has llegado hasta aquí, me gustaría presentarte Español en pijama, el lugar al que dedico la mayor parte de mi tiempo para viajar por España y que estudiantes como tú me acompañen en aprendiendo cultura mientras mejoran su español.
Ahora me gustaría explicarte la diferencia entre aprender y mejorar.
- Aprender: Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia.
- Mejorar: Hacer que una cosa sea mejor de lo que era.
Cuando yo ya había aprendido las bases del francés, pero quería mejorarlo me encontré en la siguiente situación:
No encontraba ningún libro ni página para hacerlo.
La mayoría eran para aprender desde 0.
O eran personas que hablaban lento (y eso no me ayudaba a perfeccionar).
O eran libros que me acababan resultando aburridos.
¡Y aquí empieza todo!
Si te has sentido identificado con esta historia y te gusta mi forma de enseñar, puedes empezar mejorar conmigo hoy mismo aquí: